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Los cementerios de Ulaca han sido desde hace varias décadas un tema recurrente en la arqueología abulense, desgraciadamente ligado directa o indirectamente a las excavaciones clandestinas y al tráfico de antigüedades, pero excitando también la imaginación de los aficionados e interesados por la arqueología. Los sondeos que realizamos en el verano de 2003 permitieron localizar y excavar una tumba de empedrado tumular con un abundante ajuar cerámico y algunas armas y piezas de adorno. Los trabajos se centraron en una plataforma llana al pie de la zona central de la ladera septentrional de Ulaca. Como en otras ocasiones los arqueólogos no descubrimos nada, pues lamentablemente fueron sondeos de excavadores furtivos los que nos pusieron en la pista para realizar dichos trabajos arqueológicos. Esto nos hizo albergar la esperanza de localizar una zona central de la necrópolis. Aunque hay que matizar que en la campaña de 2004 las excavaciones han deparado unos resultados interesantes y en cierto modo sorprendentes: sólo hemos recuperado unas pocas tumbas de incineración en hoyo y de empedrado tubular, pero estos enterramientos han aparecido sobre una zona que anteriormente fue utilizada para emplazar un complejo de talleres artesanales. Esto revela una organización del oppidum más compleja de lo habitualmente pensado. Por otro lado los trabajos arqueológicos emprendidos abren unas nuevas perspectivas sobre los barrios artesanales de los grandes centros vettones y exigen continuar con las prospecciones de la necrópolis ya que el sector localizado es periférico, con una escasa densidad de enterramientos.